Aumentos en precios de alimentos: ¿cómo ahorrar dinero en sus compras?
Los excesivos gastos innecesarios de diciembre, la “resaca” económica de enero y el encarecimiento del precio de algunos bienes y servicios, fruto de la inflación, se han convertido en el principal “dolor de cabeza” de miles de dominicanos, especialmente en los de menor ingreso.
Por esa razón, es momento de ajustar el cinturón para poder sobrellevar esta situación sin mayores contratiempos de dinero al final de cada mes. ¿Qué mejor manera que aplicar algunas estrategias para ahorrar en su compra semanal o mensual?
Para administrar bien su dinero y controlar los gastos del hogar, especialmente en comida, deberías destinar entre el 5% y 15% de sus ingresos mensuales, según algunos asesores financieros. Este gasto fijo se puede reducir, si se quiere, paulatinamente, a través de “compras inteligentes”.
En tanto, apostar por el ahorro en la compra mensual no tiene por qué influir negativamente en que usted siga una dieta sana y variada. Acá algunas pautas a tomar en cuenta para comer bien gastando menos:
La primera regla es elaborar un menú semanal. Trata de incluir legumbres, frutas, verduras, carne, pescado, huevo y lácteos. Entonces, realice un listado de los ingredientes o productos que necesita para sus platos favoritos. De esa manera, no solo consumirá lo que su cuerpo necesita y contribuirá a una dieta más saludable, sino que podrá ahorrar en la compra mensual.
Expertos financieros exhortan a comparar precios e ir al supermercado que mejor le favorezca a su bolsillo. Pero también puede optar por visitar los mercados, cercanos a su casa o a su trabajo. Allí usted puede encontrar frutas, verduras y productos a granel con precios más asequibles.
Compre frutas y verduras de temporada. Si elige productos de temporada o en ofertas podrá optimizar sus recursos económicos.
Evite hacer compras con hambre. Tener el estómago vacío al momento de acudir al supermercado o hacer compras por Internet provocará que compre de más, ya que todo le parecerá apetecible, aunque no sea necesario para usted. Conforme a varias investigaciones, salir a comprar con hambre no es buena idea, debido a que las personas terminan gastando dinero en más artículos, e incluso no alimentarios. Explican que la sensación de hambre envía un mensaje al cerebro de “lo quiero todo”. Es decir, si asiste en esa condición usted podría gastar hasta un 60% más de lo previsto y esos productos, en muchos casos, pueden caducar antes de usted usarlos. Lo ideal es ajustarse a su presupuesto y a su lista en orden de prioridad.
Si va al “súper”, opte por marcas blancas o propias. Aquellos productos fabricados por terceros, pero que son distribuidos por los establecimientos comerciales con una marca propia. La ventaja para usted como consumidor es que no solo el costo de venta es menor, sino que en su mayoría son de buena calidad. Asesores financieros coinciden en que estas marcas propias le permiten ahorrar desde un 31% hasta un 45%.
Recuerde comprar sin prisa y según las necesidades que tenga en su jugar. Es decir, revisar que hay en la despensa o congelador antes de salir. Una vez esté en el establecimiento comercial revise el etiquetado, fijándose en las fechas de caducidad y la información nutricional.
No tirar la comida o desperdiciarla. El congelador es un aliado de su cocina, no solo porque ayudan a conservar y darle larga vida a sus alimentos, sino que si cocinas grandes cantidades de comida, el “sobrante” puedes guardarlo y aprovecharlo más adelante.
Una opción para la comida que queda, es reutilizar el plato al día siguiente o hacer un plato distinto con lo que le quedó. Solo debe ponerle creatividad y reinventarse en la cocina.
En este sentido, especialistas en finanzas familiares indican que usted puede presupuestar un monto específico para las carnes, verduras u otros productos y así comprar en mayor cantidad (que dure para el mes completo) y guardarlas en el congelador por porciones para cada semana.
Estudios evidencian que, en promedio, el 25% de los alimentos y bebidas en el hogar, se echan a la basura. Esto, generalmente, obedece a que las personas compran alimentos para hacer una receta y tiran el sobrante.