Las APP están en auge, pero requieren regulación
Una de las responsabilidades del Estado es promover el desarrollo de los pueblos a través de obras de infraestructuras y de interés social. Con un presupuesto limitado, algunos proyectos tardan más en su ejecución o nunca se desarrollan.
Como forma de canalizar fondos del sector privado de manera transparente, el país cuenta con la Ley 47-20 sobre Alianzas Público Privadas (APP). Bajo esta modalidad los proyectos declarados de interés público inician un proceso de preparación de los pliegos de condiciones para promover su realización.
Pero no todos los proyectos que se anuncian se estructuran bajo la Ley 47-20. Para ello debe existir un contrato de APP que defina y estructure la iniciativa.
Aunque la cooperación entre el Estado y el sector privado no es algo nuevo, bajo la Ley 47-20, en sus casi dos años de promulgada, se han puesto en marcha varios proyectos e iniciativas, tres declarados de interés público y coordinados por la Dirección General de Alianzas Público-Privadas (DGAPP).
Proyectos
La construcción de la Autopista del Ámbar, que une a Santiago con Puerto Plata, es la primera en ser declarada de interés público por el Estado y se tiene prevista su licitación para este año.
El proyecto tiene una inversión aproximada de US$400 millones y contempla el diseño, construcción, operación y mantenimiento de una carretera y un peaje.
También fue declarado de interés público el proyecto de Sistema Electrónico de Garantías Mobiliarias (SEGM), que se encuentra en el proceso competitivo de adjudicación.
La iniciativa que busca que una entidad privada desarrolle e implemente un software especializado sobre el que se sustente el SEGM. Este deberá contar con las más estrictas medidas de seguridad que caracterizan a este tipo de sistemas a nivel internacional. Es la primera APP de iniciativa pública en ser licitada y requerirá una inversión aproximada de US$329,000.
Al igual, está el Proyecto de construcción, aprovechamiento y operación del Puerto Duarte, en Arroyo Barril, Samaná, y de un parque temático denominado “Mangani Jungle”.
La iniciativa consiste en la construcción de un complejo turístico recreativo y puerto de cruceros con dos grandes líneas de acción: construcciones marítimas terrestres. Las primeras contemplan las adecuaciones del puerto existente y las segundas relativas al parque temático.
El el proyecto de Desarrollo Turístico de Pedernales se encuentra avanzando en la creación de condiciones que permitan el arranque de la primera fase en forma de APP.
En esta iniciativa, el Estado tendrá una participación de un 66% en el fideicomiso que desarrollará el proyecto. De acuerdo con un comunicado del director de la DGAPP, Sigmund Freund, este contará con un fideicomiso principal y tres fideicomisos pequeños.
“Uno de infraestructuras como agua, energía, telecomunicaciones, residuos sólidos y transporte, otro que tendrá a su cargo el aeropuerto y otro para gestionar el destino, o sea, hoteles, residencias y la estructura de servicio, comercio y entretenimiento”, indica el comunicado. Este es uno de los proyectos de APP con más retos. El proyecto de Cabo Rojo, Pedernales, contempla la construcción de un aeropuerto, acueductos, plantas de tratamiento, energía y hoteles. Con la creación de estas obras se busca impulsar la economía de la región sur del país.
También, se encuentra en estructuración el Proyecto de Expansión del Sistema de Transmisión Nacional para la Empresa de Transmisión Eléctrica (ETED).
El objetivo es la construcción de líneas de transmisión y subestaciones, incluyendo el mantenimiento de estos activos durante el período de vigencia del contrato de APP. Con este proyecto se estaría conectando todo el sistema de transmisión eléctrica nacional y creando las bases para un mayor alcance del internet a los lugares más remotos del país.
Además, otros 12 proyectos se encuentran depositados en la DGAPP, de los cuales nueve son iniciativas privadas.
Precedentes de éxitos y fracasos
El economista y exrepresentante de República Dominicana ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), Luis Manuel Piantini Munnigh, explicó que República Dominicana tiene casos de éxitos como de fracasos en proyectos de cooperación entre el Estado y el sector privado.
Indicó que los años 70, cuando se diseñaron los proyectos turísticos de Playa Dorada y Playa Grande, en la zona norte del país, se realizaron con recursos externos, financiados a través del Banco Central, y el Gobierno asumió el riesgo.
Pero luego las autoridades municipales y las autoridades del Gobierno Central dejaron deteriorar las obras y que el puerto se arrabalizara. “Todavía, pese a los últimos esfuerzos del sector público, se puede decir que el turismo en Puerto Plata se ha recuperado de su caída en el 2000”, puntualizó.
En los casos de Punta Cana y Casa de Campo en la Romana, las alianzas han sido los proyectos más exitosos realizados por empresarios dominicanos y extranjeros con muy poca intervención pública. “Con excepción de los aeropuertos, en estos proyectos los empresarios privados asumieron los riesgos y el financiamiento propio”, agregó. En los puertos de Haina y de Caucedo también la alianza pública y privada ha sido exitosa.