Mipymes: Ideales para el reciclaje de residuos

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La economía circular basada en reducción, reciclaje y reutilización, denominado las “3R” disminuye el impacto ambiental que provocan los desechos sólidos e impulsa el desarrollo sostenible de una nación. Además, genera empleos y oportunidades de negocios para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que pueden ver en lo que otros descartan una oportunidad para producir “piezas nuevas”.

Este tipo de negocio se consolida en una cultura de responsabilidad extendida del productor (REP) en República Dominicana, donde el tratamiento de los desechos sólidos implica involucrar a las mipymes y “recolector base” en los principales agentes en el proceso de transformación de la basura.

Así lo expresa el representante regional para el Caribe del Banco Europeo de Inversión (BEI), Yves Ferreira, quien asegura que las mipymes son los negocios claves para la implementación de una cultura del reciclaje.

En una economía con altos niveles de informalidad, el ejecutivo entiende que está el desafío de la implementación de una cadena de reciclaje. Las estadísticas del Banco Central dominicano (BC) indican que durante el período septiembre-diciembre 2021, la población económicamente activa totalizó 4,782,114. De ese monto, el 56.7% trabajan en el sector informal, es decir, 2,710,157 personas viven del día a día y carecen de protección social, mientras que el 43.3% (2,071,957) corresponde al formal.

El representante del BEI indica que se debe crear una “formalidad intermedia”, donde las mipymes se asocien a cooperativas que tengan mecanismos para la formalización a corto y mediano plazo. “De esta manera, estos negocios accederán a recursos financieros, autorregularse y lograr la formalización directa de los pequeños actores” que intervienen en la economía naranja, agregó.

Sin embargo, para que estos negocios acudan a la regulación, el Gobierno debe crear una transición hacia un sistema más equilibrado dentro de la Ley Integral de Residuos Sólidos 225-20, “con una promoción del reciclaje inclusivo y social, es decir, identificar los recolectores base que se encuentran en la informalidad, agruparlos y formalizarlos”, explica el activista social, Eddy Vásquez.

Estrategias

Los habitantes de zonas urbanas producen 1.2 kilos de basura diario que terminan en los vertederos sin tener la oportunidad de un segundo uso. En República Dominicana, anualmente se generan 88,000 toneladas de residuos plásticos, de los cuales solo 22,000 terminan en la cadena de reciclaje, o sea, un 25%.

Mientras que 66,000 toneladas de residuos terminan en mares y ríos contaminando el medio ambiente, según la Asociación de Industrias de República Dominicana (AIRD).

No obstante, para que el 40% de esos desechos puedan entrar a la cadena de reciclaje, el país necesita fortalecer esta industria a través de estrategias. Vásquez expresó que una acción tripartita entre los ayuntamientos, el sector privado y los recicladores, daría paso al cooperativismo y en la creación de mipymes enfocadas en resolver problemas medioambientales.

Para el ingeniero ambiental Jan Janssen, las mipymes informales y los denominados “buzos” (recolectores en vertederos) están haciendo el mayor trabajo en la cadena de reciclaje. “Fortalecer estos actores significa mejorar el sistema de reciclaje en base de financiamiento, asistencia técnica y apoyo integral”, aseveró.

Política ambiental

El activista ambiental calificó como una “oportunidad” la promulgación de la Ley 225-20, por involucrar a las mipymes, el sector académico y a la sociedad en el proceso de transformación de los residuos sólidos.

Aseguró que con la creación de instrumentos económicos como el mercado verde, bonos verdes e incentivos más empresas privadas apostarán por la sostenibilidad, acción que creará una cultura de residuos sólidos en el país, “la alianza público-privado juega un rol fundamental en la economía circular”.

Cada día República Dominicana empieza a crear conciencia sobre la importancia del manejo adecuado de los residuos, sino que se debe educar a la población sobre el impacto de estas acciones.

Impacto

Con una sociedad implicada en la cultura de las 3R “reducir, reutilizar y reciclar”, ayudan a que se genere menos basura, disminuyen los residuos sólidos y el consumidor reduce su huella de carbono.

Además, en la economía circular interviene el rol de la responsabilidad extendida del productor (REP), actor que está siendo introducido en economías en vías de desarrollo para aumentar entre un 60% y 90% las tasas de reciclaje. “Este instrumento político permite llevar los volúmenes de reciclaje a mayor nivel”, afirma el ingeniero ambientalista Jan Janssen.

Con una política ambiental se crea la demanda y oferta en el mercado, “el reciclaje genera empleos, lo cual beneficia a los buzos que viven de esta práctica que recurren a la formalidad, demanda la implementación de tecnología e incentiva a las empresas privadas a invertir en el cuidado del medio ambiente”, agregó.

El ejecutivo explica que los países que carecen de este sistema reciclan menos del 10%, mientras que aquellos que involucran a las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) y los recicladores bases (buzos), como actores principales, superan el 40% de volumen reciclado. El activista medioambiental entiende que hacen falta propuestas no solo dedicadas a recoger los residuos y procesarlos, sino también en educar a la población sobre el impacto de estas acciones.

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