La violencia en las escuelas como reflejo del deterioro de la sociedad dominicana
Desde hace décadas, la prevalencia de acoso y violencia escolar es alta en las escuelas públicas de la República Dominicana y la tendencia es a que la situación se agrave. Diariamente en la plataforma de incidencias del Ministerio de Educación se registran cientos de hechos violentos, que incluyen agresiones físicas, verbales y sexuales que ocurren en los centros educativos y en sus entornos.
El último levantamiento realizado por el Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE), en el 2014, reportó una tasa de 33.6 % de violencia escolar, en un Estudio de Prevalencia, Tipología y Causas de la Violencia en los Centros Educativos de Básica y Media de la República Dominicana.
Refería el estudio que las características sociodemográficas influencian el acoso escolar; también la edad (con mayor prevalencia en alumnos de 13 a 18 años); el sexo (prevaleciendo mayormente en el masculino); el sector (presentando mayores niveles en el sector urbano); y nivel socioeconómico (predominando en los sectores de bajos ingresos).
Un informe más reciente del Ministerio de Educación, dado a conocer en abril de 2023, registra 20,120 hechos de violencia física, verbal y psicológica entre estudiantes, dentro y fuera de los centros educativos, y 1,724 casos entre docentes y estudiantes. También 1,154 estudiantes embarazadas, 112 de ellas han sido víctimas de violación. Otras 28 adolescentes embarazadas, producto de incestos, entre otras incidencias.
20,120
Casos de violencia entre estudiantes fueron reportados por el Ministerio de Educación en abril.
Y esta violencia tiene rostros. Rostros de estudiantes que han fallecido y otros que cargan con las secuelas físicas y psicológicas de estos hechos, en casos que se hicieron virales y que han consternado a la sociedad.
Esmeralda Richiez, de 16 años, y Yeiron Almánzar Cabrera, de 12 años, murieron víctimas de esta violencia. Richiez murió desangrada producto de una violación de la que se acusa a su maestro de matemáticas, John Kelly Martínez, en la provincia La Altagracia, y Yeiron Almánzar Cabrera quien, según se afirma, falleció a consecuencia de golpes y heridas que le propinó un compañero de curso, en la Escuela Primaria República de Panamá, en Santo Domingo Este.
En San Pedro de Macorís, un joven le cortó la mano a un estudiante del Liceo José Joaquín Pérez en el sector Villa Velázquez. El adolescente de 15 años fue auxiliado por compañeras de clases que lograron darle los primeros auxilios y trasladarlo al hospital Salvador B. Gautier, donde le salvaron la mano.
El agresor, Juan Manuel Cedano, alias Manguito, se entregó a las autoridades el pasado viernes 9 de junio y se le conocerán las medidas de coerción en la Oficina de Atención Permanente de San Pedro de Macorís.
Más reciente, en las afueras de un centro educativo de la comunidad La Gina, Miches, El Seibo, hubo un enfrentamiento con machetes entre estudiantes y esta semana en el liceo San Luis Gonzaga, ubicado en la comunidad Las Uvas, en La Vega, una estudiante le arrancó parte del cabello a otra.
Tanto en este caso, como en el ocurrido en San Pedro de Macorís, los agresores se burlaron de las víctimas en las redes sociales y no mostraron arrepentimiento por sus hechos.
2,500 policías escolares
Actualmente, hay 2,500 miembros de la Policía Escolar para la seguridad de más de 7 mil centros educativos. Para el ministro de Educación, Ángel Hernández, el tema de la violencia en las escuelas va más allá de los centros educativos, pues es un tema social.
Explica que por lo general las bandas juveniles se establecen en los barrios donde viven los niños y esa participación en bandas se refleja, posteriormente, en las escuelas, en donde se producen eventos de violencia derivados de ello.
«Ese problema no lo resuelve la escuela. Es en la sociedad que hay que procurar una solución integral. La escuela fomenta los valores propios de una sociedad democrática, enfatiza en la solución pacífica de conflictos y apoya con orientación y psicología, fomenta la disciplina en aula», aseguró Hernández.
Docentes están solos
Eduardo Hidalgo, presidente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), afirma que el magisterio nacional entrega lo mejor en procura de evitar la violencia en las escuelas del país.
Asegura que las autoridades han dejado solos a los maestros y también las familias están ausentes del proceso de aprendizaje de sus hijos y de su comportamiento.
Hidalgo se quejó de que hay miles de escuelas que no tienen un portero, ni un policía escolar.
«Hemos abogado para que se busque una salida adecuada, si no la violencia y los embarazos se van a multiplicar para el próximo año escolar, estamos a tiempo», dijo.
Padres deben integrarse
Jaime Tolentino, presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Padres, Madres y Amigos de la Escuela (APMAE), afirmó que lo que sucede en los barrios tiene un impacto directo en los centros educativos.
Al confirmar que los incidentes han aumentado en las escuelas y sus entornos en los últimos años, como asociación han solicitado un incremento en el patrullaje por parte de la Policía Nacional como medida preventiva.
Reiteró que la integración de la familia al proceso de enseñanza-aprendizaje y el comportamiento de los estudiantes es vital para que el proceso educativo se de en armonía y de calidad.
98 % de escuelas sin violencia
La Policía Nacional está dando seguimiento a los casos de violencia en los centros educativos, que han registrado al menos a un estudiante muerto y otros han resultado gravemente heridos.
Diego Pesqueira, vocero de la institución, asegura que son «preocupantes» los casos, pero que los reportes que hasta el momento tienen es que en más del 98 % de los centros educativos el año escolar culminará sin que se registren hechos delictivos.
«En el país hay más de 7,000 escuelas y centros educativos y en algunos de ellos siempre es tradición que a final de año los estudiantes que han tenido algún tipo de situación con otro compañerito y se espera en esta etapa que tengan algún tipo de situaciones», explicó.
Trabajan situación
Francisca de la Cruz, directora de Orientación y Psicología del Minerd, asegura que el tema de la violencia y la salud mental de los estudiantes ha sido abordado de manera integral.
Esto incluyó un programa para la intervención que se hizo, el pasado año, de 10 centros educativos de la Regional 10, pues habían presentado mayores niveles de violencia, con un plan piloto por una cultura de paz y la disciplina positiva para trabajar la prevención de esa problemática.
La ola de violencia es masiva
Para la psicóloga clínica especialista en terapia infanto-juvenil, Clarissa Guerrero Subero, la ola de violencia que estamos viviendo como sociedad es masiva y es un reflejo de las actitudes y reacciones que como adultos estamos modelando para la resolución de conflictos. Esto incluye lo que estos chicos viven a diario en sus entornos y la falta de régimen de consecuencias en la sociedad. Indica que para prevenir la violencia en las escuelas lo primordial sería que el sistema de educación pública sea funcional en todas sus estructuras. «Con esto incluyendo a los que dirigen dichos centros y la implementación de normas, pero a la vez desde la casa y la crianza aportando con un modelaje basado en el respeto», expresó.
Guerrero citó como una dificulta que la sociedad impulsa a mucho de estos jóvenes por caminos que violentan las normas. «Es todo un sistema que necesita modificarse para poder dar una respuesta apropiada», argumentó.