Firmado a los 25 años, Joan González, un ejemplo de superación y persistencia

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Tras andar de tropiezos en tropiezos, en que por momentos hizo suya la famosa frase de “no más” , Joan González alcanzó al final su gran objetivo, un éxito para él y un estímulo para quienes aspiran convertirse en peloteros.

En una nación donde niños entre 11-12 años, con talento para el béisbol son mimados y considerados como tesoros y la mayoría a los 17 ya son desechos, Joan, joven persistente de Santiago logró en julio de este año firmar como lanzador con los Padres de San Diego nada más que con 25 años con un bono de 20 mil dólares, mas 25 mil en beca de estudios.

Una historia sin precedentes en el sistema de firmas, en que así como se registran casos poco comunes como los de Framber Valdez y Dinelson Lamet, quienes superaban los 20 años cuando pactaron y hoy son Grandes Ligas, lo que ya es tradición es observar a tipos como Julio Rodríguez (22), Juan Soto (24), Fernando Tatis Jr (24), Vladimir Guerrero Jr (24), Rony Mauricio (22), Eury Pérez (22), Wander Franco (22), Elly De la Cruz (21), a sus edades brillando en el firmamento.

Pero, lo de Joan traza las líneas de lo increíble, quien siendo un mozalbete intentó sin éxito pactar como paracorto, pues siempre era “flaquito”, cuyo físico unido a una lesión que sufrió en el brazo lo sacaron temprano del escenario de firmas.

Nacido en Licey (La Carmelita) en Santiago, González transitó de complejos en complejos, sin llamar mucho la atención y tras estar lesionado y coincidir esta con el hecho de salirle la residencia norteamericana lo convirtieron en un frustrado más, al menos en el béisbol.

Con 18-19 años, estuvo más de un año en varios tryouts intentando pactar con Medias Rojas, D-Backs, Orioles, Yankees, Guardianes, todos sin éxitos.

Luego de fracasar como torpedero, un escucha lo observó tirando mientras actuaba con la Academia Guerrero, tirar la pelota desde esa posición y lo convido a intentar como pitcher, a lo que accedió y trató de tener mejor suerte, empero ponía tanto empeño en tirar cada vez más duro que muy pronto le llegó una lesión, lo operaron, le colocaron tornillos y permaneció un buen tiempo con estos.

Este hecho provoca que se aleja del pasatiempo, solo pensaba en su próxima nueva vida, pero antes de partir un manager de Santiago le informa que un coach de Estados Unidos vendría a Dominicana a observar a varios talentos ya firmados y le pide de favor que actúe como pitcher, sin ningún tipo de interés. De esta forma lo hace en el 2019, quitado del béisbol, solo un mes antes de ser un residente americano, Joan se enfrentó a cinco de ellos y tuvo cuatro ponches, desempeño que provocó al dirigente abrir los ojos ante el talento mostrado y se quedó con su contacto, sin cupo porque tenía el plantel completo.

Viajó ya con 21 años, ingresó a trabajar como cocinero en Tacos Rito, un restaurant mexicano, al que asistía en bicicleta, laboraba hasta 14 horas al día, pues recibía una paga de 7 pesos la hora.

Al poco tiempo se abrió un nuevo cupo en el equipo , el dirigente lo contacta, y le abre una oportunidad en la universidad de Kansas City, a la que ingresó con mínimo conocimiento del inglés, jugó por dos años y tuvo magnífica labor. Aprende el idioma y comenzó a estudiar administración de empresa.

Rumbo a cumplir sueños

Más tarde acciona con una universidad de la Florida, ya con 25 años rescata 7 partidos y logra 8 triunfos con el Bethune Coorman y el Trenton, donde fue seleccionado como relevista del año, con 60 ponches en 47 entradas. Ya luego de ese desempeño es observado por los Padres, con lo cual realiza un entrenamiento con lo cual pacta y convierte en un momento de felicidad para sus padres, Jesús González y Yoanny Corniel, así como a sus dos hermanos.

Con 25 años participa de inmediato en Clase A Fuerte y en la actualidad acciona con el equipo Fort Wayne, de los Padres, con quien registra marca de 1-0 sin salvados, efectividad de 5.21, ha lanzado 19 entradas, aceptado 18 hits, 12 carreras, abanicado a 15 y tiene 10 boletos.

González es una especie de bendición de Dios, ha tenido que trabajar mucho para conseguir su firma, nadie le regaló nada, solo las agallas y el esfuerzo por lograr sus objetivos le hicieron superarse y alcanzar sus sueños. 

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