Agua embotellada expuesta al sol no tiene calidad y puede ser dañina
La falta de acceso al agua potable ha forzado a la mayoría de los dominicanos a comprarla embotellada, en sus distintas presentaciones, tanto para tomar como para preparar los alimentos.
Sin embargo, comprar botellones de cinco galones o botellas de agua, no garantiza la potabilidad y salubridad del líquido, por las horas de sol a la que son expuestos los recipientes plásticos, desprendiendo químicos que se acumulan en el organismo y provocan daños a la salud.
Basta con un pequeño recorrido en zonas céntricas del Distrito Nacional y algunas comunidades rurales para ver que los cajones de hierro con los botellones en las aceras están bajo el sol, las lluvias y hasta las aguas residuales que circulan por las calles, con pedazos de zinc viejo, de lonas y cartón.
Las familias dominicanas, consideradas pobres, gastan alrededor del 12% de sus ingresos en agua, y el 95% de ellas usa agua embotellada, según un estudio del Sistema Único de Beneficiarios (Siuben), medio de información social que ordena a la población y hogares de acuerdo a su situación socioeconómica y vulnerabilidad.
Esta también destaca que la calidad del servicio es deficiente en muchos lugares, por lo que se estima que 6 de cada 10 hogares urbanos y 5 de cada 10 hogares rurales tienen un suministro de agua intermitente, por lo que depende de reservorios, tanques, tinacos y cisternas para abastecerse de agua.
“Yo no sé de eso. Los botellones están ahí, pero yo lo que soy un empleado aquí”, dijo un vendedor de un colmado en el sector de Villa Juana, en el Distrito Nacional, donde hay dos cajones llenos de botellas plásticas en la acera.
Junto a él estaba Nuris, una compradora, que mostró sorpresa al escuchar que las partículas que desprende el plástico cuando se expone a altas temperaturas causa daños a la salud.
“Bueno, yo compro dos botellones a la semana, pero no sabía que porque estuvieran en el sol fuera malo”. Más adelante, un amable comerciante, Brayan Martínez, dice que el espacio de su negocio es muy pequeño y no tiene donde colocar los botellones, por eso los tiene en la acera.
“Nosotros tratamos de ponerle cartón encima, pero cuando llueve se moja y tenemos que botarlo”. Están en un lugar de poca higiene, cerca del contén con aguas residuales en el contén, con el riesgo de que las ratas se deslicen entre las botellas, dejando orina que puedan provocar leptospirosis, enfermedad letal que ha causado este año la muerte de 24 personas en el país.
Esto evidencia falta de supervisión en cuanto al expendio de agua embotellada. En el 2021 la prensa se hizo eco de un llamado que hizo el Instituto Nacional de Protección de los Derechos del Consumidor (Pro Consumidor), a los comercios que venden agua y otras bebidas en botellas plásticas a no exponerlas al sol, incluso la subdirectora administrativa, María Teresa Paulino, dijo que realizaron inspecciones y detectaron la mala práctica.
Esto preocupa a comunitarios como Teófilo Sierra, porque además de que el agua se expone a contaminantes, ocupa parte de la acera y cuando llueve las personas se les dificulta desplazarse.
Efectos del plástico al sol
El investigador y coordinador de maestros en ingeniería sanitaria y ambiental de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU), José Bolívar Ramos Ovalles, explicó que al ser expuestas a los rayos ultravioleta, las botellas de plástico sufren un proceso de fotodegradación, debido a la liberación de compuestos orgánicos volátiles (COV).
Esto es objeto de estudios por distintas entidades, y el ingeniero Ramos Ovalles destacó que algunas revelan que las botellas plásticas son seguras bajo condiciones de almacenamiento convencionales, pero no cuando se exponen a rayos UV por tiempo prolongado.
“El problema de la degradación plástica no solo afecta a la salud humana, sino también al medio ambiente. Al ser expuestas al sol, las botellas de plástico sufren un proceso de fotodegradación, una preocupación creciente debido al uso masivo de estos productos. La cantidad de plásticos que utilizamos diariamente está creando graves problemas tanto para nuestra salud como para el planeta” .
Refirió a un estudio de la profesora Emanuela Gionfriddo, asociada en el Departamento de Química de la Universidad de Buffalo, resalta que tereftalato de polietileno (PET), material del que están hechas muchas botellas de plástico, puede descomponerse y liberar químicos al estar expuesto al sol o a altas temperaturas e incluso después de una exposición prolongada, los riesgos para la salud humana son mínimos, pero los compuestos tóxicos tienden a acumularse en el cuerpo.
Bacterias
El crecimiento de bacterias es otro factor para considerar, ya que las temperaturas cálidas facilitan su proliferación en el agua almacenada en botellas plásticas. Por ello, recomienda consumir agua fría, no solo por seguridad, sino también porque ayuda a regular la temperatura corporal en días calurosos.
Citó a la doctora Huase Ou del Laboratorio Clave de Contaminación Ambiental y Salud de Guangdong en la Universidad de Jinan en China, explicó que los rayos ultravioleta degradan las botellas de plástico, creando COV y que si bien un par de sorbos de agua de una botella dejada al sol no te harán daño inmediato, es importante de que sus efectos sean acumulativos.
“Como es el caso de nuestro pais, donde los colmados, que son los mayores vendedores de agua, tienen los botellones de agua en las aceras de sus negocios, expuestos al sol durante todo el día”.
Marcas
En República Dominicana hay unas 200 marcas de agua embotelladas distintas, incluyendo las que solo se comercializan en los municipios.
El botellón tiene precios que van desde los 35 a los 95 pesos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades diarreicas son la tercera causa de muerte en niños de 1 a 4 años, las cuales son prevenibles y pueden tratarse.
Una proporción importante de las enfermedades diarreicas puede prevenirse mediante el suministro de agua potable salubre y un saneamiento e higiene adecuados.
Cada año, la diarrea mata a 443 832 niños menores de 5 años y a otros 50, 851 niños de 5 a 9 años.