Dotel «vivió feliz y amó genuinamente», expresó su esposa Massiel de Dotel en sepelio del exjugador

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Entre dolorestoicismo  y algunos momentos luminosos, así se le rindieron las honras fúnebres a Octavio Eduardo Dotel Díaz, los que fueron encabezados ayer por su esposa Massiel Javier de Dotel y sus tres hijos.

«Sé que siempre va a doler, pero yo le doy gracias al Señor que por misericordia esperó que él estuviera listo y cuando él entregó su vida, entonces lo llamó», dijo Javier de Dotel.

«Yo les invito a conocer de Cristo, yo les invito a conocer al Señor. Él es quien tiene el control de los tiempos y aunque no entendamos», dijo Javier de Dotel.

«Yo no entiendo nada, yo sé que esta fue la perfecta voluntad de Cristo y yo la acepto», agregó la afligida esposa, quien agradeció los gestos de afectos manifestados por el inesperado fallecimiento del expelotero de 51 años.

«Lo extraño», dijo Enmanuel, su hijo más pequeño, mientras reposaba en brazos de un pariente.

Octavio Dotel impactó muchas vidas, más allá del béisbol, su familia, sus amigos y a empleados de sus negocios.

«Fue un ser súper contento, súper alegre, super querido, carismático, afable, dentro del ámbito del béisbol y dentro de lo que era el arte, para decirlo de esa manera, un ser humano increíble», manifestó Francisco Cordero, compadre y excompañero de equipo de Dotel.

El exlanzador de Grandes Ligas es una de las 221 víctimas fallecidas tras el desplome  del techo de la discoteca Jet Set, según los detalles dados a conocer ayer próximo a las 11:00 a.m.

«Siempre he admirado su capacidad de desdoblarse: poder disfrutar cosas como un riachuelo y cosas tan exhuberantes como andar en un Lamborghini y comer en un restaurante de estrella Michelin, sin perder su esencia», dijo su sobrino Ariel Dotel.

Guillermo MotaLuis CastilloFrancisco Cordero, Edwin Encarnación, Moisés Alou y Esteban Germán, también asistieron a la despedida final de Dotel.

«El Genuino«, como era conocido entre su círculo cercano y quien además de pelotero también era militar con el rango de sargento mayor, por lo cual recibió también las exequias militares por una unidad del Ejército de República Dominicana. Balas de salva fueron disparadas en su honor.

Algo fue común en el sepelio realizado esta tarde en el cementerio Jardín Memorial (3:00 p.m.), al cual también asistieron su madre, María Díaz (Lalita), sus hermanos, empleados, excompañeros del béisbol y amigos y es la alegría que desprendía donde quiera que estaba. «Nunca vi a Dotel guapo», dijo el expelotero, Rafael Furcal.

«La lápida de Octavio tendrá el mensaje que dice: vivió feliz y amó genuinamente», dijo Javier de Dotel. «Fue feliz y brindó mucho amor. Así vivió él».

«La lápida de Octavio tendrá el mensaje que dice: vivió feliz y amó genuinamente», dijo Javier de Dotel, quien luego recibió la bandera que cubría el féretro de su esposo.

Todos coinciden en el espíritu alegre de Dotel. «El alma de la fiesta», dijo desde Florida, Erick Almonte, presidente de Fenapepro.

Dotel jugó durante 15 temporadas con 13 equipos en las Grandes Ligas. Fue miembro del equipo Cardenales de San Luis, que ganó la Serie Mundial de 2011 y del conjunto dominicano que se llevó el título del Clásico Mundial de Béisbol, un hecho muy singular.

Amigos del juego

Guillermo Mota, otro exlanzador, recuerda muy bien a Octavio Dotel. Ambos firmaron para la organización de los Mets de Nueva York. El primero comenzó como shortstop.

«Era un muchacho que siempre estaba alegre, que siempre estaba contento», rememora Mota. «Es una pérdida demasiado grande de verdad».

Luis Castillo, un exjugador de Grandes Ligas, se unió entre los que lamentan la muerte de Dotel

«Dotel fue un tremendo compañero para nosotros, para muchos jugadores en el béisbol», dijo Castillo, quien jugó 15 temporadas en las Grandes Ligas. «Ha sido una pérdida muy lamentable que ha sucedido. El fallecimiento de Octavio nos ha dolido bastante a nosotros».

Como muchas otras personas, lo de Dotel «ha sido algo que inesperado. Pero nada, él está con Dios. Que Dios le dé la mayor fuerza a su familia para continuar hacia adelante», señala Castillo. «No tenemos palabras para decir qué tipo de de persona era ese muchacho».

El campeonato de 1999 era un tema entre Castillo, de los Tigres del Licey en la pelota dominicana y Dotel, con los Leones del Escogido.

«De 1999, siempre estuvimos hablando de ese partido que nosotros le sacamos a ellos», al Escogido, recuerda Castillo. «El decía que el equipo de ellos era mejor, pero yo siempre le decía, sí pero el equipo de nosotros tenía más hambre de jugar. Ustedes tenían el nombre, pero nosotros teníamos el equipito como decimos».

Los compadres

Otro exlanzador, el relevista Francisco -Coco- Cordero, líder de salvamentos entre los dominicanos en las Grandes Ligas y compañero de equipo de Dotel en la República Dominicana (Leones del Escogido) también reflesionó sobre la pérdida de su amigo. «Solamente con el hecho de decir su nombre, es una anécdota», dijo.

En el caso de ellos dos existía una relación muy particular. Los dos eran compadres. Cuando nació Eduardo Dotel Jr., el mayor de los hijos del fenecido lanzador, éste tomó el teléfono y llamó a Francisco a quien le pidió que fuera su compadre.

«Eso llenó mi corazón de regocijo y alegría cuando él me llamó y me dijo: ‘Coco, ya mi esposa dio a luz, nuestro niño se llama Eduardo y tú eres el privilegiado para ser el padrino«, narra Cordero.

«Y de verdad que eso a mí me llenó de alegría, pero hoy estamos despidiéndolo con el corazón destrozado, destrozado porque se nos fue a destiempo, pero con la misma alegría en el corazón de que sabemos lo que fue Octavio», señala Cordero.

Y detalla sus cualidades.

  • Un buen padre
  • Buen esposo
  • Buen hijo
  • Buen compañero

Refiere además que Octavio a todo el mundo «le sacaba una sonrisa y no importa la situación, tenía una sonrisa para todos».

Cordero envió un mensaje a la familia Dotel Javier:

«Para la familia le pido a Dios que le dé fortaleza, conformidad, a todos nosotros que pudimos compartir con él. Que Dios lo tenga en un mejor lugar, esto es un hasta luego, así que mi compadre Octavio, ve con Dios, que nosotros estamos aquí en la tierra para cuidar a tu familia», dijo Cordero.

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