Haití: una economía en jaque e hiperdependiente de EE.UU.
Altísimo nivel de desempleo, bajas actividades productivas y la merma de las rentas familiares de la mayoría de las empresas nacionales son algunos de los perjuicios por el creciente déficit que registra el intercambio mercantil entre la República de Haití y Estados Unidos.
Así lo indicó la Unidad de Estudios de Haití (UEH), del Centro de Estudios Económicos y Sociales Padre José Luis Alemán, de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM). Estas diferencias, que obedecen al “carácter estructural y coyuntural” que juega el comercio exterior del vecino país con la primera potencia del mundo, se deben, además, a las promesas neoliberales incumplidas de que se aseguraría el desarrollo económico, el bienestar social y la prosperidad del país, apunta el estudio “Comercio exterior de bienes de la República de Haití con Estados Unidos 2007- enero 2022”.
Desde 2007 hasta enero 2022, la nación más pobre del continente americano acumuló un saldo deficitario de unos US$5,371 millones, a raíz de un valor de importación de US$17,493 millones más elevado que el de exportación que fue de US$12,123 millones.
Esto incluye el monto negativo de US$4,446 millones generado durante el período de 145 meses, comprendido entre el trágico terremoto ocurrido en 2010 y enero 2022, a causa de la diferencia entre exportaciones (US$10,633 millones) e importaciones (US$15,079 millones).
El desempeño comercial con EE.UU. acontece independientemente de las fases cíclicas que ha tenido la economía haitiana, entiéndase recesión económico-financiera, epidemia sociosanitaria, crisis política y la precaria recuperación, ya que refleja un gran balance desprovisto de US$95 millones, es decir, un 280% de diferencia en el comercio observado desde enero 2019 (US$25 millones) al mismo periodo 2022 (US$120 millones).
Según las estadísticas de la investigación 2007-2022, la alta dependencia que tiene Haití de las relaciones comerciales estadounidense se traduce de la manera siguiente: más de la nueve décimas partes (93.1%) del valor exportación total, entiéndase unos US$13,023 millones. Asimismo, más de un tercio (35.5%) del total importado que fue de US$49,240 millones y casi una séptima parte (14.8%) del saldo en rojo global que acumuló US$36,217 millones.
Otra fuente
De acuerdo al Observatorio de Complejidad Económica (OEC, siglas en inglés), en 2020, la economía de Haití depende más de las importaciones como plantea el estudio que de las exportaciones, al indicar equivalentes de US$3,64 millones y US$1,03 Millones, respectivamente.
Su comercio exterior es dominado por los Estados Unidos. La mayoría de las exportaciones (todo en textil) fue hacia el país estadounidense con un porcentaje de un 83%, equivalente a US$852 millones. El resto es distribuido en países como: Canadá (5.3%) con US$54.6 millones, México (2.3%) acumulando cifras de US$24.2 millones y Francia (1.2%) con US$12.4 millones.
En tanto, que las importaciones tuvieron valores de US$976 millones para los Estados Unidos con un puntaje de 27%. Seguido de la República Dominicana como segundo socio comercial con US$751 millones (21%), en el tercer escalafón está China al registrar US$709 millones para un 19.5%. Turquía (5%), US$164 millones; Indonesia (4%), US$141 millones y la India (2.4%), US$89.5 millones le continuaron en orden de mayores socios en 2020.
Arroz (25.1%), Petróleo (21%), carnes y despojos comestibles congelados (7%), automóviles (4.1%), convertidores rotativos (3%), hortalizas de vaina secas 2.4% y madera aserrada 2%, fueron los principales productos que desde Estados Unidos se despachó hacia Haití.
¿Qué se espera?
Partiendo del reporte de la UEH, en los últimos 15 años Haití no ha podido tener un período de superávit o un balance a la par, en su relación comercial con el país del norte, sino que su característica principal ha sido el déficit comercial. Para cambiar este panorama se urge una reconversión de la producción, inversión y comercialización de las plataformas agrarias e industriales, ya que mientras esa sociedad se mantenga comprando más de lo que produce, no tendrá la capacidad de autogenerarse, en consecuencia, se mantendrán los desequilibrios económicos.
En efecto, esto solo se puede llevar a cabo si hay voluntad política y una reconstrucción democrática popular basada en el ejercicio de los derechos humanos, colectivos y ambientales. Como también, una real solidaridad internacional más allá de las simulaciones, indica la investigación.