Aguas residuales: Una descarga que afecta al medio ambiente, la salud y la economía dominicana

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“¡Esto es terrible! Cada vez que caen dos o tres gotas seguidas, esa agua negra entra a muchas casas y daña todo”, expresa de manera escueta Rosa Encarnación, residente en los alrededores de una de las cañadas del Gran Santo Domingo.

Como Encarnación, son muchos los moradores que se ven afectados por el cúmulo de residuos sólidos y aguas cloacales generadas desde los hogares hasta las grandes empresas. Esta situación, aunque no es exclusiva de República Dominicana, afecta el desarrollo económico de las comunidades, la salud de los seres humanos y contamina el medio ambiente.

En el país la producción de aguas residuales a nivel nacional es mayúsculo. Se estima que el 80% del agua usada por la población se convierte en aguas residuales domésticas. Es decir, que entre el hogar y la industria se registran 31 metros cúbicos por segundo y de esa cantidad solo se recolecta 31%, mientras que el 69% se va directo, sin tratamiento, a contaminar “por donde pase”.

Así lo reveló Leonardo Mercedes, reconocido experto en agua y saneamiento ambiental, al calificar esta situación como “una bomba de tiempo” por descuido acumulado de varios gobiernos dominicanos.

Agregó que el problema es tan grave que 625 millones de galones de agua potable convertida en residual, equivalente a 2.84 millones de metros cúbicos diarios, sin contar las contaminadas de operaciones agrícolas, llegan al subsuelo, ríos, cañadas y demás corrientes de agua natural.

“Nosotros tenemos un país lleno de contaminación en las aguas superficiales y subterráneas, lagos y lagunas (…) Es un problema serio”, sostuvo Mercedes. Esa afirmación halla cabida, en los datos servidos por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), al menos, en lo que respecta al Gran Santo Domingo.

Es decir, que solo en el Distrito Nacional y Santo Domingo el volumen es abrumador, al pasar de un promedio total de 767, 373.84 metros cúbicos por día en 2014 a 912, 950.07 metros cúbicos diarios al cierre de 2021. O sea, al año se produjo un promedio de 333, 226, 775.55 metros cúbicos de aguas residuales.

Del volumen diario producido, solo en el Gran Santo Domingo se tratan 66,108.12 metros cúbicos por día, equivalente al 7.2% de la producción de aguas servidas. Esto significa que el 92.8% de las aguas residuales son descargadas sin tratamiento al subsuelo y al mar.

Para el biólogo y ambientalista Luis Carvajal, de la Academia de Ciencias y la Comisión Ambiental de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), la situación se agudiza “si sumamos que las que son tratadas son con baja eficiencia”.

Entiende que el primer paso es hacer una política de asignación de recursos para dar solución al tema de las plantas de tratamientos.

A nivel nacional existen 50 plantas de tratamiento, de las cuales 37 están funcionando. No obstante, de esas solo 11 cumplen con las normas requeridas en materia de calidad del tratamiento. “Nosotros tenemos en el país 158 municipios. Todos estos municipios tienen una ciudad cabecera que normalmente tiene más de 10,000 habitantes (como mínimo) y tenemos 235 distritos municipales, más un Distrito Nacional, tenemos 393 ciudades con acueductos, pero muy pocas sistemas de alcantarillado sanitario para recoger, tratar y disponer (ya descontaminadas) las aguas residuales que se generan en los hogares, comercios, centros de diversión e industria”, explicó Mercedes.

En el caso de la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), hay 17 plantas de este tipo, de esa cifra siete están fuera de servicio, por ende, trabaja por encima de su capacidad.

En ese tenor, el subdirector de Operaciones de la CAASD, ingeniero Luis Salcedo, reconoció que la infraestructura de saneamiento y alcantarillado es insuficiente para lidiar con el volumen de desechos sólidos y aguas residuales que se producen.

“Aunque la jurisdicción de la CAASD es el Gran Santo Domingo, el problema es nacional, la cobertura de alcantarillado sanitario es deficiente”, recalcó Salcedo al citar que la mayoría de los países Latinoamericanos, en mayor o menor medida, tienen una dificultad con el tema del alcantarillado.

Los bajos precios del servicio del agua potable inciden en el despilfarro del preciado líquido, que posteriormente se convierte en aguas residuales. Según el informe “Cobros por descargas de aguas residuales: Experiencia regional”, de Andrei Jouravlev, una gran parte de los países de América Latina presentan desafíos comunes respecto al cobro del agua servida.

Entre las razones, el documento, sustentado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), señala falta de medidores, existencias de usuarios ilegales e informales y la carencia de respecto a las condiciones establecidas en las autorizaciones de descarga (escaso control, fiscalización y monitoreo).

En ese punto, la economista Fanny Vargas sustenta en su informe “Los desafíos de políticas públicas para el cuatrienio 2016-2020”, la urgencia del aumento del precio por consumo de agua potable, debido que un menor costo fomenta el uso insostenible del agua y la falta de inversión en infraestructura y gestión.

Vargas sostiene que las pérdidas en los sistemas de agua potable, para 2012, era de aproximadamente un 65%. Esto, a juicio de la economista, se produce por el deterioro de la infraestructura y la obsolescencia de los catastros, la baja cobranza, las fugas, el fraude y robo, y el indulto periódico de las cuentas morosas.

Aunque, según los expertos consultados por elDinero, las tarifas del servicio tampoco podrían cubrir los costos de operación y mantenimiento.

En la jurisdicción de la CAASD, de acuerdo a Salcedo, el costo de producción de un metro cúbico por segundo (264 galones o cinco tanques de 55 galones) le cuesta a esta entidad RD$35, sin embargo, se le suministra a la ciudadanía a RD$6. “Es decir, que el Estado dominicano ya está subsidiando cada metro cúbico que servimos en unos RD$29”, subrayó.

Resaltó, además, que se le ha dado facilidades para que las personas se pongan al día con el pago de su factura de agua; y que la entidad trabaja para mejorar el servicio.

Pozos sépticos

Otro factor silencioso que incide en la generación de aguas residuales o cloacales es el uso irregular de los pozos sépticos, especialmente aquellos que no son sometidos a ningún tratamiento. Esta situación, aseguran expertos consultados, convierte a estos pozos sépticos en una fuente de contaminación de las aguas subterráneas.

Según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el pozo séptico es el método generalmente utilizado para el vertido de aguas residuales en República Dominicana, el cual representa el 76.8% de los hogares.

Ante esta situación, el subdirector de Operaciones de la CAASD dijo que desde esta institución invitan a la población a no hacer construcciones irregulares, pues esto, afecta las aguas subterráneas de la cual se sirve la generación presente y se espera garantizarse a la futura.

A las críticas sobre la regularización de estos permisos, Salcedo indicó que la Dirección de Ingeniería tiene un departamento de proyectos que vela para que quienes construyan viviendas deben someter los planos para su revisión de aprobación o no. “Una de las prioridades del director general de la CAASD, Felipe Suberví, es que todas las infraestructuras cumplan con todas los estándares de calidad”, puntualizó.

Agregó que el propio presidente de la República, Luis Abinader, reconoce que la situación de las aguas residuales en el país es un “problema grave”, en donde solo el 16% de las residencias tienen tratamiento de agua. Razón por la que se tiene sobre la mesa el denominado “Pacto por el agua”.

Alta inversión

En 2011, la CAASD elaboró el Plan Maestro del Alcantarillado Sanitario del Gran Santo Domingo para dotar a esta demarcación de la red de recolección, tratamiento y disposición final de las aguas residuales.

Salcedo, tomado de referencia este estudio, indicó que 18% de las calles del Distrito Nacional y Santo Domingo están servidas con redes de alcantarillado sanitario, esos son unos 726 kilómetros de redes versus unos 4, 279 kilómetros de longitud de calles que existen en la jurisdicción de la CAASD.

Ese plan estableció que “nosotros, en adición a las plantas que tenemos actualmente operando (Los Jardines del Norte, Los Ríos, Los tres Brazos, Prados de la Caña, Prados de Pantoja y La Ciénega y la más reciente, Mirador Norte-La Zurza, se deben construir unas seis más similar a esta última, que aunque actualmente opera entre un 12% y un 15%, es parte del Plan Maestro, desde hace dos años.

También se deben construir unas 34 estaciones de bombeo en diferentes puntos de la ciudad. Además, de cuatro emisarios submarinos (sistema de tratamiento). Estos emisarios estarían ubicados en Núñez de Cáceres, Alma Máter, Kilómetro 12 de la Carretera Sánchez y Los Frailes.

El horizonte de construcción del Plan Maestro es de aproximadamente 40 años. O sea, se contempló desde el 2010 al 2050. El costo de estas ejecuciones fue de US$1000 millones. “En estos momentos ya eso tiene que haberse multiplicado o triplicado, pero esos precios habría que actualizarlo”, proyectó el ingeniero Salcedo.

En tanto, Mercedes cree que en términos generales se requiere US$200 millones anuales para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030. “Sin embargo, el Gobierno dominicano anualmente solo dispone de 70 millones”.

Señaló que con la propuesta del Pacto por el Agua se habla de la necesidad de US$8,000 millones para agua potable y saneamiento. Sin embargo, entiende que solo para agua potable se requiere anualmente US$495 millones, que sumado a saneamiento alcanza los US$694 millones. Si se multiplica por ocho años que restan, serían alrededor de US$6,000 millones, pero si se lleva a 15 años, se estaría hablando de cerca de US$12, 000 millones.

“Es decir, que todavía lo que se está contemplando en la propuesta del Pacto es insuficiente para el sector agua potable y saneamiento”, afirmó el asesor en agua.

Valor económico

El Banco Mundial destaca el potencial de las aguas residuales. “Ahora es el momento de ver las aguas residuales como un recurso para lograr una economía circular”, destaca el organismo internacional. En ese sentido, el experto en saneamiento coincide en que estas aguas “desechadas”, luego de ser tratadas, tienen un alto potencial para favorecer a diversos sectores económicos del país, entre ellos la ganadería, agricultura e industria.

El ambientalista Carbajal afirma que “nosotros no vamos a lograr nunca recoger las aguas residuales si no hacemos cinco cosas, entre ellas, una Ley de Ordenamiento Territorial”, afirmó al desglosar el quinteto desde la regulación, promoción del manejo adecuado del agua hasta la sanción a quienes infringen las normativas ambientales.

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