Cruceristas, sustento del turismo en Puerto Plata

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El impacto económico de los cruceristas puede ser cuestionado, dependiendo de quién valore el aporte o beneficios de esos extranjeros al turismo en República Dominicana. De ahí que se debata de si los visitantes en cruceros se consideren o no “turistas”, dado que no pernoctan ni una noche en suelo dominicano.

Esta semana, específicamente el martes 30 de enero, llegaron a Puerto Plata tres cruceros, lo que hizo una notable dinamización en el polo turístico. De acuerdo con el gerente hotelero y exviceministro de Turismo, Julio Almonte, las embarcaciones contaban con 14,155 pasajeros y 5,191 tripulantes, para un total 19,346 probables visitantes, tomando en cuenta la exposición a la media isla.

En 2023, según las estadísticas del Ministerio de Turismo, 2,247,847 cruceristas visitaron los puertos del país. Se trata de un aumento exponencial de más del 100% desde el 2018, cuando las llegadas se reportaron en 967,000, tal como detallan desde la Asociación de Cruceros Florida-Caribe (FCCA).

Aunque desde la institución gubernamental solo se limitan a contabilizar el número de cruceros y personas a bordo, desde la Cámara de Comercio y Producción de Puerto Plata citan un dato simple para conocer el impacto y beneficios de la llegada de los barcos. En un año, el número de gif shop o tiendas de regalos se duplicó, al pasar de 12 a 22, de acuerdo con el director del departamento técnico de esa entidad, Juan Pablo González.

“En los puertos hay una serie de taxis blancos y no son 20 o 30 unidades. El día que llegan dos barcos aquí, hay por lo menos 80 carros”, afirmó a elDinero González, a lo que comerciantes, pobladores e incluso camareros de restaurantes cercanos agregaron que el flujo de cruceristas es importante para los negocios y economía del polo turístico.

Un poco de historia

Hace décadas, el principal destino vacacional de República Dominicana fue Puerto Plata, gracias a la popularidad de la cual gozaba Playa Dorada. Con el auge y accesibilidad de Punta Cana, en la zona este del país, la denominada “novia del Atlántico” se fue rezagando, en parte, porque los empresarios y hoteleros de la zona no pudieron gozar de los incentivos para el sector turístico.

De acuerdo con González, al contar con una industria desarrollada, “Puerto Plata quedó fuera de esa ley”, y a los inversionistas les resultaba más rentable construir un nuevo complejo en el este, que rehabilitar los que tenían en el norte. Además de otros motivos que fueron mermando el turismo.

Con el comienzo de la construcción de los distintos puertos, los planes para aprovechar la visita de cruceristas se volvieron una especie de luz. Aunque González entiende que el turismo de cruceros no se puede comparar con las llegadas vías áreas, los estudios disponibles ofrecieron un soporte para desarrollar un plan.

Si bien República Dominicana no cuenta con datos específicos, o públicos, del impacto económico de los cruceristas, la FCCA ofrece análisis con estimaciones basadas en encuestas que realizan en los puertos del Caribe.

El más reciente estudio publicado por la organización data del 2018, previo a la pandemia. La publicación estima que al país ingresaron un total de casi US$135 millones gracias a los gastos de los visitantes en barcos. De hecho, fue el noveno más alto entre los 36 destinos que agrupa el organismo internacional, que atribuye este impulso, en gran parte a la apertura de Amber Cove, así como las visitas combinadas de pasajeros y tripulación a tierra.

Como resultado, el desembarco aumentó más del 80% desde el estudio de 2015 y la derrama económica generó 4,052 empleos totales, de los cuales 2,514 fueron directos, para unos US$17.4 millones en ingresos salariales entre 2017 y 2018, sumando el aporte indirecto que resulta del gasto de aquellas empresas locales que son receptoras de pasajeros, tripulación y líneas de cruceros. Desde entonces, los organismos de la zona manejan estimaciones del porcentaje de extranjeros que salen a explorar la zona de Puerto Plata.

El informe detalla que, en 2018, el gasto promedio por pasajero fue US$88.26 por visita y de la tripulación de US$47.08. En la actualidad, ese monto aumentó a unos US$100 y US$50, respectivamente, sostiene González, quien especifica que los principales intereses o gastos de los extranjeros son excursiones en tierra, relojes y joyas, artesanía local, además de alimentos y bebidas.

La publicación es más específica en ese sentido. Cita que el 42% de los encuestados informaron haber gastado un promedio de US$30.70 en restaurantes locales y/o barras. El 55% de los pasajeros informaron que compraron una excursión en tierra por un promedio de US$99.50 por grupo. “Para todo el año de cruceros 2017/2018, los 776,208 pasajeros de cruceros en tránsito estimados que visitaron República Dominicana gastaron un total de US$60.3 millones en el país”, cita la publicación.

Asociaciones

Las líneas de cruceros realizan pagos a empresas locales por una variedad de bienes y servicios a proveedores en el destino para excursiones en tierra que se han incluido en los gastos de los pasajeros.

Asimismo, las líneas de cruceros realizaron otros gastos locales, incluidos pagos de tasas e impuestos portuarios, gastos de navegación, servicios, utilidades y otros suministros. Según los datos proporcionados por las líneas de cruceros miembros de la FCCA, se estima que dichas empresas gastaron US$52.9 millones en República Dominicana entre 2017 y 2018.

González explica que los turoperadores tienen negociaciones con los dueños de las guaguas para sacar a los turistas de los puertos que compraron excursiones en el barco. En ese sentido, detalla que en las habitación de los cruceros, los extranjeros pueden encontrar unos folletos o catálogos donde se informa sobre las actividades que pueden hacer fuera de barco, y pueden comprar previo a la llega.

“Cada uno de esos turistas que salen en bus pagó entre 50 y 80 dólares al barco para la excursión, de los cuales una parte va al tour operador, que a su vez le paga al chofer de la guagua, al guía y al sitio donde llevan al turismo”, afirma.

Actualmente, en Puerto Plata hay cuatro turoperadores que le venden a los barcos, porque, como explicó González, es lo que más se vende en un barco y es uno de los mayores intereses del crucero, los propietarios de los barcos o de los dueños del puerto. “Vender excursiones, porque eso es lo que más utilidad les deja a ellos”, agregó.

Esta modalidad de negocio genera toda una cadena de valor, pues las exclusiones generan dinero al barco, a turoperador que la vende y a todo el que presta el servicio. “Al comprar un City Tour que lleva los turistas a la playa a comer algo en la playa, se ve beneficiado el dueño del negocio de la playa, el camarero, el guía, el propietario o chofer de la guagua, el que vende la gasolina. Todos ganan”, a lo que añadió que son entre 80 y 100 familias que están viviendo solo de los taxis que esperan alrededor de los puertos.

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