Remesadoras controlan el 80% de envíos divisas a República Dominicana

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Las remesas de los migrantes toman cada vez más importancia para muchos países de ingresos medios y bajos. Solo en 2021 ascendieron a US$773,000 millones según estimaciones de Global Knowledge Partnership on Migration and Development (KNOMAD) y el Banco Mundial. Estas cifras quedaron muy por encima de los US$589,000 millones que se tenía proyectado, y algo más arriba de los US$719,000 millones que sumaron las remesas en todo el mundo en 2020.

Más interesante resulta el hecho de que del total alcanzado en 2021, US$605,000 millones se enviaron a naciones de bajos y medianos ingreso. Hablamos de casi el 80% del total enviado en ese peroído. De ese monto, los flujos hacia América Latina alcanzaron los US$131,000 millones, un 25% más que en 2020. En el país, de los cerca de 3.5 millones de hogares, más de 400,000 reciben remesas, lo que representa el 11.8% de los hogares (2020-2021). Aun así, estos envíos son como la punta del iceberg. La razón de este término es porque debajo de este fenómeno visible y medible se encuentran en mayor relevancia los ingresos, los ahorros y el potencial de crédito de los que envían y reciben.

Inclusión financiera

Las transferencias son importantes tanto para los remitentes como para los receptores. Para los primeros, los servicios de remesas pueden aumentar sus posibilidades de acceso financiero, esto en la medida en que puedan hacer uso de instrumentos asequibles, convenientes y que ofrezcan valor a su transacción. Siendo claros, pueden crear un historial de crédito si realiza transferencias financieras a través de una cuenta.

Sin embargo – aunque no es información concluyente – datos del Banco Central de la República Dominicana (BCRD) indican que los envíos por entidades financieras solo disminuyen con los años, mientras que las transferencias formales por remesadoras aumentan. Este no es solo un fenómeno nacional.
Lo anterior indica que el floreciente mercado de las remesas está dominado, a escala global, por operadores no bancarios que controlan cerca del 90% de las transacciones. En República Dominicana, las entidades financieras manejan apenas el 20% de las transferencias.

Si bien las empresas remesadoras tienen un papel de intermediario, no todas ofrecen servicios financieros (crédito, apertura de cuentas corrientes, etcétera), por lo cual su papel en este ámbito es limitado. Tal como indica el estudio Las remesas de emigrantes y el papel de la banca en la profundización financiera de los países receptores, si las remesas fueran intermediadas en el país de destino por la banca, su efecto catalizador de la profundización bancaria sería mucho más efectivo, contribuyendo así de un modo indirecto al desarrollo económico.

Usos

En el país, al 2019, la mayor proporción de las remesas enviadas por los migrantes se utilizaba para gasto corriente (33%). El porcentaje destinado a actividades productivas fue bajo (6.3%). En conclusión, su capacidad de inversión fue marginal mientras que apenas la mitad de los receptores en el país reportó disponer de una cuenta en alguna institución financiera, esto último de acuerdo con un estudio auspiciado por Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Como resultado, el acceso a financiamiento a través de canales formales es bajo, tanto en el caso de los receptores como de los no receptores de remesas. Para los participantes en ese proceso, la principal fuente de financiamiento es el ahorro (recursos propios). En contraposición, solamente una cuarta parte de los no receptores de remesas realiza operaciones financieras en una sucursal y el 73.5% afirmó no realizar operaciones financieras de ningún tipo.

No obstante, el estudio de la Cepal también arrojo que la tenencia de cuenta para el manejo de sus finanzas personales tiene un efecto positivo significativo sobre la proporción de remesas destinada a actividades productivas. Los receptores de remesas son 4.6 veces más propensos a contar con una cuenta en una institución financiera, que los que no reciben remesas.

Ingresos

Para entender la magnitud de la importancia. Si no hubiera remesas la pobreza nacional hubiera subido de 23.4% a 25.3% solo en 2020. Los dominicanos (2.1 millones) son el quinto grupo de latinos en EEUU y representa el 2.1% de la población latina en ese país. El ingreso anual promedio de los que transfieren dinero a su familia en el país se estima en 9 a 10 veces más que el monto de lo enviado. Para 2018, se estimaba en US$54,000 millones de dólares.

En 2021, el ingreso promedio anual por emigrantes (los 2.1 millones) fue US$21,757 (incluyendo a adultos mayores y a los recién nacidos) mientras que, en República Dominicana, el PIB por habitante fue de US$8,583, es decir el 39% de lo que recibe un dominicano en EEUU.
Los ingresos de la diáspora dominicana les permiten vivir en sus países de destino, enviar más de dos millones de giros mensuales a sus familiares por US$10,000 millones y ahorrar cerca de la mitad.

En contra

Ahora bien. Los envíos a través de los bancos se hacen mediante el sistema SWIFT (Sociedad para las Telecomunicaciones Financieras Interbancarias Mundiales). Esta es una forma comparativamente costosa de enviar fondos, además de que puede generar cargos adicionales inesperados. Dado que el dinero pasa a través de su infraestructura, cualquier banco intermediario que entre en contacto con el pago puede cobrar una tarifa sin el consentimiento del remitente o del destinatario.

El hecho de que esa tarifa sea, generalmente, entre US$10 y US$50, puede resultar frustrante e inconveniente tanto para el pagador como para el beneficiario cuando los pagos llegan cortos. Sin embargo, lo más relevante aquí es integrar los depósitos de las remesas en cuentas bancarias, principalmente en dólares, como un medio para capitalizar más rápidamente los fondos recibidos y aumentar el ahorro personal y familiar. Aunque Estados Unidos ha progresado en la reducción de la cantidad de personas sin servicios bancarios, para 2019, se estimaba que 7 millones de hogares aún no tenían servicios bancarios.

La Corporación Federal de Seguro de Depósitos (FDIC, por sus siglas en ingles), estimó que el 12% de los hogares hispanos no tenían servicios bancarios en ese 2019, en comparación con solo el 2.5% de los hogares blancos.

Las transacciones entre los bancos y la cantidad de dinero involucrada proporciona una prueba de pago clara y reconocida. Si bien es mucho más barato usar remesadoras para realizar pagos en diferentes monedas, eso tiene un costo de transparencia y trazabilidad.
Los beneficios de enviar por bancos superan las pequeñas tarifas cobradas. Así que en realidad no es realmente tan malo.

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