Inversión extranjera directa en República Dominicana, ¿en crecimiento o estancada?

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En economía, la confianza se mide en números. ¿Ejemplo? Los préstamos de organismos internaciones o las inyecciones de dinero que realizan determinados países en una nación en desarrollo. En ese sentido, las cifras de inversión extranjera directa en República Dominicana muestran lo atractiva que pareciera ser la media isla caribeña.

Datos del Centro de Exportación e Inversión de República Dominicana (ProDominicana) indican que en los últimos 10 años la suma de la inversión extranjera directa en República Dominicana ronda los US$27,000 millones, incluso casi llega los US$30,000 millones, según datos recopilados por elDinero.

A la fecha, el año con mayor inversión fue el 2017, que con montos que asciende a US$3,570.7 millones, supera los períodos anteriores y posteriores por más de US$1,000 millones.

El análisis de todas las cifras anteriores también indican que el país, en un promedio de 10 años, la inversión fue de US$2,600 millones.

¿Está estancada?

Depende. Durante el “Reconocimiento a la Inversión Extranjera Directa en República Dominicana”, la Vicepresidenta, Raquel Peña, destacó que en el país hay inversionistas de más de 57 países. El logro lo atribuyó a las diversas oportunidades que se generan en el entorno nacional e internacional de los negocios, a partir de las ventajas estratégicas de República Dominicana.

“Lo que vemos reflejado en nuestro desempeño económico, es el resultado de todo el esfuerzo desplegado por la transparencia, la lucha contra la corrupción, el fortalecimiento del sistema de justicia, la seguridad jurídica, la estabilidad política y social”, dijo.

Sin embargo, cuando se observa lo que representa esa inversión como porcentaje del producto interno bruto (PIB), en más de 10 años, el indicador es de apenas el 3.5%.

La cifra más alta se dio hace exactamente una década. En el 2012, alcanzó el 5.2% del PIB. El siguiente indicador más alto se presentó en el 2017 cuando alcanzó el 4.5%.

El vicepresidente ejecutivo del Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CreesRD), Miguel Collado Di Franco, entiende que, al ver la IED como porcentaje del PIB, es posible notar “el estancamiento en el que se encuentra la economía dominicana para atraer más inversiones”.

Ante la pregunta “¿por qué no superamos los US$3,000 millones en IED?”, explica que la capacidad de la economía dominicana para atraer a inversionistas que estén dispuestos a arriesgar su capital y realizar más inversiones “es limitada”.

En ese sentido, afirma que las limitantes son las “altas tasas de impuestos y un sistema tributario complejo”. Además eso, se suman los elevados costos de transporte, electricidad, laborales no salariales (impuestos por legislaciones como el Código Tributario), burocráticos, entre otros.
Por esa razón, asegura es necesario realizar reformas estructurales, “empezando por la más urgente: la tributaria”.

Sectores

Ciertamente, tal como promociona ProDominicana, República Dominicana ha sido un factor clave en la inversión extranjera directa en el Caribe. En el 2021, se presentó un aumentó de un 39% hasta los US$3,800 millones en la región. El mismo estuvo impulsado principalmente por el crecimiento de los flujos de inversión hacia el país, el mayor receptor de inversión extranjera de la subregión.

De acuerdo con cifras del Banco Central de la República Dominicana (BCRD), el 73% de la IED en 2021 se concentró en cuatro sectores: turismo, inmobiliario, minería y comercio, siendo el primero el de mayor participación con un 31%, y un monto absoluto de US$961.8 millones en dicho período.

Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) arroja datos más precisos. Indican que el país vio aumentar su inversión extranjera directa en un 21%, hasta los US$3,100 millones. Esas cifras se presentaron luego que en 2020, en el Caribe, las entradas de inversión extranjera directa experimentaron una caída inferior al promedio regional (-25.5% en conjunto).

No obstante, el país se mantuvo como el principal país receptor, pese a una reducción de las entradas del 15.4%. Aun así, la inversión llegó a los US$2,554 millones. El resultado se dio por la caída en minería y telecomunicaciones (-91% y -139%, respectivamente).

Según el informe, en el caso de las telecomunicaciones, el sector presenta inversiones muy variables y ha registrado una inyección particularmente alta en 2019 (más de tres veces el promedio de 2010-2018).

Datos del Banco Central arroja datos más precisos. Las cifras muestran que en 2015 aumentó a US$335.9 millones. Un año después presentó montos en negativo (-US$263.9 millones). En el 2017, fue de US$67.1 millones, mientras que en 2018 volvió a estar en negativo (-US$240.1 millones). El ritmo continuó por los siguientes dos años.

En ese sentido, Collado Di Franco explica que la dinámica se debe a que, en algún momento, sectores como telecomunicaciones, energía u otros, “puede a tener mayor inversión por proyectos específicos… porque necesiten inversión de capital en un determinado momento o para expansión de redes, plantas, etc”.

Solo en el pandémico 2020, las entradas de inversión extranjera directa en la industria aumentaron un 23% y el sector eléctrico un 47%. Esos índices representaron, respectivamente, el 16% y el 17 % de las entradas de inversión extranjera ese año.

Sin embargo, Collado Di Franco entiende que lo importante a destacar son las cifras que presenta el sector turismo, por ejemplo. “Mantienen un ritmo mayor, o constante, de inversión debido a que tienen otras condiciones que les favorecen”, sostuvo. Presenta constantes indicadores de aumento.

Proyectos

Por citar casos y cifras concretas: En el 2020, ANEX Tourism Group, con sede en Turquía, anunció que invertirá US$1,800 millones para abrir un nuevo hotel en Punta Cana. Se estima que este proyecto hotelero generará 10,000 empleos. Otro proyecto turístico incluye una inversión de unos US$41 millones por parte de Playa Hotels & Resorts, con sede en los Estados Unidos, en un nuevo complejo hotelero de la cadena Hilton en La Romana.

Igual panorama presenta energías, y más específicamente las renovables, que se están desarrollando en la subregión y particularmente en República Dominicana, indica la Cepal. Por ejemplo, Streamline Integrated Energy Corp., un desarrollador de energía renovable y subsidiaria de SI-Energy Holdings, con sede en los Estados Unidos, anunció planes para desarrollar una planta de 50 megavatios de conversión de residuos en energía en la provincia de San Pedro de Macorís (Renewables Now, 2020b).

Electronic JRC, una subsidiaria de Neo Solar Power, una empresa de energía solar con sede en la provincia china de Taiwán, obtuvo permiso para duplicar la capacidad de su parque solar fotovoltaico en Monte Plata Solar de 30 MW a 60 MW.

En el sector manufacturero, Oscor, una empresa del sector de dispositivos médicos con sede en los Estados Unidos, anunció que ampliará su planta de fabricación en la Zona Franca Industrial de Las Américas en Santo Domingo. Además, DP World, empresa especializada en logística con sede en los Emiratos Árabes Unidos, invirtió US$114 millones para aumentar su capacidad operativa, con la ampliación del atracadero principal de DP World Caucedo y convertirlo en un centro logístico para las Américas.

De acuerdo con la Cepal, América Latina y el Caribe han logrado un buen posicionamiento exportador en dispositivos médicos. Representaron el 7.8% de las exportaciones mundiales entre 2014 y 2018. Solo República Dominicana tuvo una cuota del 0.5%, lo que la hizo el tercer exportador de la región. El comercio de estos artículos está concentrado México y Costa Rica en primer y segundo lugar, respectivamente. Brasil ocupa el cuarto lugar.

“Es evidente que en sectores que no están penalizados por los impuestos que recaen sobre el resto de la economía, como son zona franca y turismo, muestran un ritmo de inversión superior. Con mejores condiciones para todos, desde el pequeño productor hasta la empresa más grande, las condiciones cambiarían”, comentó Collado Di Franco.

Solo en 2019, las exportaciones de zonas francas representaron el 56% de las exportaciones del país y, dentro de estas, los productos médicos y farmacéuticos representaron el 26.5% de las exportaciones (aproximadamente US$1,660 millones).

De acuerdo con la Cepal, en el país el crecimiento de la industria se debió a una estrategia nacional de atracción de inversiones en áreas estratégicas, y las empresas se han instalado en las zonas francas. Al menos 9 de las 30 principales compañías mundiales de la industria tienen operaciones directas de manufactura en República Dominicana, y la cercanía con los Estados Unidos supone una ventaja.

Independientemente de todo lo anterior, tal como expresó la directora ejecutiva de ProDominicana, Biviana Riveiro, el aporte de la inversión extranjera directa fue “determinante para la recuperación económica”, tras la crisis sanitaria y económica. Para concluir con números: solo entre enero-junio, el aporte de la inversión extranjera directa ascendió a US$1,870.9 millones.

Recuperación

La inversión extranjera directa en América Latina y el Caribe se ha recuperado de la caída inducida por la pandemia y ha crecido un 56% hasta alcanzar los 134 mil millones de dólares en 2021, frente a los 88 mil millones de dólares de 2020. Sólo unas pocas economías sufrieron nuevos descensos a raíz de la pandemia del covid-19. Los flujos de inversión extranjera directa hacia la región se habían desplomado un 45% en 2020, el mayor declive registrado en las regiones en desarrollo ese año.

El repunte en 2021 se vio impulsado por un número récord de 317 proyectos nuevos anunciados en el ámbito de las tecnologías de la información y las comunicaciones en toda la región, lo que supone un aumento del 61% en comparación con 2020.

“El crecimiento también fue fuerte en las industrias tradicionales, como la fabricación de automóviles, la electricidad y los servicios financieros y de seguros, así como en las industrias extractivas”, dijo James Zhan, director de la División de inversión y empresas de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad).

Aunque los flujos de inversión extranjera directa aumentaron en las tres subregiones de América Latina y el Caribe (excluyendo los centros financieros), algunas economías nacionales sufrieron nuevos descensos debido a los continuos efectos económicos de la pandemia y, en algunos casos, a la inestabilidad política.

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